Tomado de: Portafolio


The Insight Point Juan Isaza

¿Qué quiere decir que estamos ante la muerte de la Web?

22/08/2010
Imagen 1

Ha causado todo tipo de reacciones en el mundo el último artículo de la revista Wired en la que su editor Chris Andrerson ha dicho que la Web está muerta. ¿Qué fue lo que quiso decir Anderson realmente y en cuáles puntos genera
una reflexión útil e inteligente?

En primer lugar, lo que Anderson afirma es que la Web está muerta pero le augura larga vida a Internet. ¿Qué quería
decir con esto? En realidad, lo que explica es que la web como la conocíamos
empieza desaparecer y, en cambio, la relación que hoy tenemos está mucho más
mediada por aplicaciones que por la navegación que conocíamos hace algunos años.
Este fenómeno es real y todos lo vivimos. Desde la forma como nos relacionamos
con la iPad hasta los navegadores de Internet que ahora nos reciben con una
pantalla en la que podemos ver las 10 páginas que más nos interesan o las que
navegamos con más frecuencia. La web en el sentido puro de la exploración
empieza a darle paso a una web que nos sirve para un propósito, que nos lleva a
lugares específicos.

Si hacemos memoria y nos regresamos a 1995, navegar en internet significaba entrar por un navegador y luego ir a Yahoo! (porque no
existía Google, por si ya se nos olvidó que hubo una época en que
diferenciábamos los buscadores de los meta-buscadores). En aquella época íbamos
a Yahoo! y de ahí comenzábamos a explorar con la posibilidad de que cualquier
tipo o forma de contenido pudiera surgir. Hoy, explica Anderson, el contenido de
consulta representa tan sólo una cuarta parte del tráfico de Internet y, de
hecho, está bajando. Si a esto se suma que los celulares en pocos años
sobrepasarán a los computadores como el principal vehículo de acceso a internet,
seguro estaremos cada vez menos navegando libremente y en cambio lo haremos por
medio de aplicaciones.

Las aplicaciones, en mi opinión, son una muestra más de que Internet se comporta como un espacio público (el nuevo espacio
público) y mucho del conocimiento que hoy tenemos sobre las dinámicas de los
individuos en los espacios abiertos o cerrados y lo que han significado para el
hombre a lo largo de la historia (desde el ágora hasta los centros comerciales
de hoy), tienen notables semejanzas con Internet. Las aplicaciones son espacios
definidos, limitados, con un nombre y una función. Así que lo que me parece más
interesante de este debate es descubrir que estamos pasando de un universo
infinito e inexplorado que era la Web a unos destinos específicos y ordenados.
Creo que tiene mucha razón. Yo lo explicaría diciendo que es la selva que ahora
se está haciendo ciudad. Ahora tenemos barrios, conglomerados y establecimientos
definidos. Y nos aproximamos así cuando queremos usarlos y movernos de uno a
otro.

Si antes entrábamos a la web para buscar algo de manera completamente abierta, ahora saltamos de aplicación en aplicación. De Facebook a
Gmail, de Wordreference a Time Magazine. Y no son las páginas de Facebook ni la
página de Time. Cada vez más estamos navegando por aplicaciones que son
plataformas semi-cerradas, como las llama Anderson. Como dice el autor, "es un
mundo en el que HTML no gobierna". Si bien quienes controvierten a Anderson
dicen que no importa la forma pues en el fondo el contenido es el mismo, sí creo
que hay que reconocer que la forma como nos estamos relacionado con Internet
cambió y no es un cambio menor.

Aquellos que hoy dicen que Anderson se equivoca al hablar del fin de la web piensan que los navegadores siguen vivos y
que siguen siendo la principal forma como la gente se aproxima a la información.
Es posible que esto siga siendo real en muchos casos. Pero en lo que todos
coinciden es que las aplicaciones tienen un rol que antes no conocíamos. Al
menos desde mi perspectiva, el gran mérito del artículo de Anderson es ponernos
a pensar en la aproximación que hoy tenemos frente a Internet que de una esencia
informativa y comunicativa se ha ampliado hacia el entretenimiento, el
relacionamiento y la creación con destinos específicos. Aceptar que estamos
pasando de hablar de billones de websites en el mundo a un número finito de
aplicaciones que cada persona descarga y usa, están configurando un mundo
diferente. Por eso pienso en la analogía con el espacio público y de la urbe
como la evolución natural del espacio disperso y caótico (la aproximación a lo
on-line como reflejo de lo que hoy conocemos en el mundo off-line).

Sin duda, el debate es interesante. Vale la pena seguir los puntos de vista de unos
y otros. Pero sobre todo vale la pena sentarnos a pensar cómo el mundo se
organiza hoy para nosotros y las dinámicas que antes nos eran tan familiares hoy
dan paso a otras que nos van cambiando no sólo la forma de navegar sino la forma
de organizar nuestra relación con Internet, el espacio público por el que hoy
más caminamos.

Para ver el artículo: http://www.wired.com/magazine/2010/08/ff_webrip/
Para entrar en el debate: http://www.wired.com/magazine/2010/08/ff_webrip_debate/

Este post así como otras formas de contenido relacionado con el marketing, la publicidad y el
consumidor puede ser visto en www.juanisaza.com

Vistas: 6

Comentario

¡Tienes que ser miembro de CTS HOY para agregar comentarios!

Únete a CTS HOY

© 2024   Creada por Juan Guillermo Rivera Berrío.   Con tecnología de

Insignias  |  Informar un problema  |  Términos de servicio